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“Si hacemos una comparación con países de la región, creo que Ecuador ha perdido mucho tiempo para abrirse al mundo. Sin embargo, el país está pasando políticamente por un buen momento, al menos así lo ve la mayoría de los empresarios internacionales, para comenzar a recuperar ese tiempo perdido.
Cerrarse no es una opción. Ecuador es un mercado de 17 millones de personas. Nunca vas a poder crecer si no te abres. Pero, una de las principales barreras está en el miedo de los empresarios, sobre todo los pequeños y medianos, ante la competencia extranjera.
La mejor manera de romper ese miedo es con zonas francas. Básicamente, eso es lo que han hecho muchos países. Las zonas francas les dan a los productores locales herramientas de competitividad y la posibilidad de actuar con las mismas reglas del juego.
Si viene un producto al Ecuador debe cumplir con los mismos requisitos. Ahora, eso no pasa. Por ejemplo, la materia prima para hacer pañales tiene un arancel de entre el 5% y 10%; pero el pañal terminado paga 0%.
Si pones a una empresa en una zona franca tienes un régimen tributario excepcional y a eso le sumas que incluso tienes un régimen laboral excepcional. A nivel internacional hay un estudio que dice que las personas que trabajan en zonas francas ganan entre un 30% y 50% más que las que trabajan fuera.
La ley de inversiones del Gobierno de Guillermo Lasso no era un mal proyecto; pero para impulsar las zonas francas se necesita una ley específica que sea clara, robusta y corta. Pueden ser 20 artículos.
A la par, se debe trabajar en tener una aduana más competitiva para poder ingresar y sacar mercancías con menos costos y más rápido. También es indispensable crear una política pública muy clara sobre la competitividad.
Asimismo, un cuarto punto ineludible es más socialización sobre los acuerdos comerciales. La gente le tiene mucho miedo a esos acuerdos comerciales por el desconocimiento. Y ya es hora de que el Presidente tenga una relación más cercana con todos los sectores; además de un discurso claro, para que los ofrecimientos que hace en el exterior estén en consonancia con las necesidades del país.
Si se siguen estos pasos, se evitará perder más tiempo; y que como ocurrió cuando se negó la ley de inversiones, se perdieran en un solo día $400 millones de dos zonas francas que querían hacer negocios en Ecuador.
Sonsoles García es abogada por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo; con una maestría en Derecho Tributario Internacional, Aduanas y Comercio Exterior. Fue directora de Guayaquil de la Federación Ecuatoriana de Exportadores y del Programa OEA en el Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador.
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